Las garrapatas: un serio peligro para la salud de tu perro

Las garrapatas son un grupo de artrópodos de la familia de los ácaros que actúan como ectoparásitos hematófogos (se alimentan de sangre), y por ello son vectores de transmisión de numerosas enfermedades para nuestros perros, algunas de ellas de seria gravedad.

En los paseos por el campo, en el jardín o en el parque o bien si pasan mucho tiempo al aire libre, nuestros perros están expuestos al peligro de estos parásitos, especialmente durante la primavera y el otoño, cuando el nivel de prevalencia de riesgo es mayor por la alta humedad ambiental y las temperaturas suaves. A las garrapatas no les gusta el ambiente muy seco ni las bajas temperaturas por lo que observarles y protegerles en estas estaciones es fundamental.

Las tres especies de garrapatas que afectan al perro y al gato


En Europa existen tres especies principales de garrapatas que parasitan a nuestros perros y también pueden hacerlo a los gatos. La  Ixodes ricinus, la  Rhipicephaulus sanguineus, (conocida como la garrapata común del perro), y la Dermacentor Reticulatus. Estos parásitos (semejantes a los arácnidos) se fijan mediante sus mandíbulas a la piel de su hospedador (nuestra mascota) para succionar la sangre que precisan para desarrollarse, hasta que al fin, hinchados de ella, caen del cuerpo del perro.

Síntomas y enfermedades que transmiten las garrapatas al perro

Las garrapatas transmiten enfermedades a través de varios patógenos como Ehrlichia, Babesia, Rickettsia, Hepatozoon, Borrelia, Anaplasma o Mycoplasma. Entre las principales enfermedades transmitidas por las garrapatas a los perros encontramos:
Enfermedad de Lyme o Borreliosis (rigidez, dolor muscular y/o articular, fiebre, pérdida de apetito, entre otros)
Babesiosis: un protozoo que parasita los glóbulos rojos de la sangre (fatiga, fiebre, anorexia y orina de color rojizo, entre otros).
Ehrlichiosis Canina: producida por la bacteria Ehrlichia Canis transmitida por la garrapata (fiebre intermitente, pérdida de peso, hemorragias nasales, letargia, entre otros.)
Las más frecuentes en nuestro país son las dos últimas.

Tratamiento efectivo si se diagnostican a tiempo

Estas enfermedades suelen tener un tratamiento efectivo y un buen pronóstico si se diagnostican a tiempo, aunque a veces las garrapatas transmiten más de una enfermedad al mismo perro. Por tanto, es necesario no bajar la guardia en esta época del año, y ante cualquier signo o síntoma sospechoso acudir al veterinario.

el peligro de las garrapatas para tu perro

Prevenir las enfermedades que pueden transmitir las garrapatas a tu perro

Además de protegerle con cualquiera de los métodos preventivos repelentes existentes en el mercado, (el que mejor se ajuste a nuestras necesidades), es muy importante la detección precoz de la presencia de garrapatas en nuestra mascota, si esta se produjera. Tras su paseo por la calle o una excursión por el campo hay que dedicar unos minutos a examinar bien al perro, especialmente si su pelaje es largo o tupido, para comprobar que ningún parásito se ha adherido a su piel. En esta rutina existen zonas en las que debemos ser insistentes como las ‘axilas’, la zona inguinal y la base de las orejas, que son escondites muy frecuentes de estos parásitos.

Hay que quitarle al perro la garrapata cuanto antes

Es importante quitar la garrapata entre las 24 y 48 horas en las que se ha adherido al perro, ya que los microorganismos patógenos que llevan en su cuerpo y en su saliva necesitan por lo menos dos días para infectar al perro.

Cómo extraer correctamente una garrapata de tu perro

Aunque existen creencias tales como que hay que desprender la garrapata mojándola en aceite, u otro líquido, o quitarla de un tirón con los dedos, un gesto tan sencillo como saber extraerla adecuadamente servirá para minimizar su impacto en la salud de nuestro perro.

el peligro de las garrapatas para tu perro

El método más aconsejable para hacerlo nosotros mismos es utilizar unas pinzas de punta roma y tirar del parásito de forma constante y firme hasta su total extracción, ya que si dejamos clavada la cabeza de la garrapata en la piel del perro puede general una reacción inflamatoria o alérgica y dolorosa en la zona. Si esto ocurre es necesario llevarle al veterinario.

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