Muchos propietarios de perros y gatos pueden tener la impresión de que el transportín es como una especie de jaula, como un "castigo" para el perro, sin embargo, nada más lejos de la realidad: bien utilizado resulta muy útil tanto para su comodidad como para su correcta educación, y no tiene por qué representar nada negativo para la mascota. Si le acostumbras desde cachorro, lo agradecerás, y él también.