Tormentas, bicicletas, otros perros, fuegos artificiales, viajes en coche, ruidos intensos e imprevisibles, la aspiradora, personas extrañas, traumas de la infancia o simplemente al agua, hay numerosos `detonantes´
que pueden atemorizar a muchos perros.
Algunos de estos miedos están más extendidos como el pánico a los truenos o a los petardos, y otros nos pueden parecer totalmente ilógicos, como el temor a los peluches, a objetos inanimados de la casa, a las puertas, y a muchos otros objetos, pero el detonante y sus consecuencias son las mismas para el perro que lo padece. Porque como para nosotros, para los perros también el miedo es libre.
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