Los trastornos cutáneos o hipersensibilidad, producidos por las alergias alimentarias o reacciones adversas al alimento (RAA) producen numerosos signos de molestia, de leves a severos, e incomodidad para el perro. Sus manifestaciones pueden aparecer en cualquier edad: prurito no estacional (se pueden producir lesiones en cara, orejas, axilas, región inguinal y abdomen), descamación, eczemas o enrojecimiento; además suponen una gran preocupación para el propietario del perro.
La alimentación desempeña un papel fundamental.
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