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Un buen manejo de la correa de tu perro

Inseguridad, estrés, relajación, irritabilidad, confianza o tensión: todo esto podemos transmitirle a nuestro perro, inconscientemente, a través de la correa cuando salimos a pasear. Por eso es tan importante manejar bien este «cordón umbilical» que nos une a nuestro compañero. Un buen manejo de correa requiere tiempo y práctica para evitar tensiones durante el paseo. Algunos expertos recomiendan comenzar con correar largas (de al menos tres metros) no extensibles, siempre que la zona de paseo no esté transitada, para que el perro se acostumbre a ella, e ir reduciendo la longitud a medida que el perro crece, o en entornos urbanos. Nuestra posición ideal es caminar nosotros o ligeramente detrás o en paralelo al perro, y no permitir que «el perro nos pasee a nosotros». Leer más ...

La estructura del juego en los perros

Todos sabemos jugar con nuestros perros, pero ¿has notado si tu perro se pone muy nervioso al jugar?, ¿no se relaja tras una buena sesión de juego? Prácticamente todos los perros tienen una gran predisposición a jugar, que suelen mantener a lo largo de la vida, especialmente cuando son cachorros y jóvenes. Saber cómo entienden los perros el juego y evitar que se descontrolen nos ayudará a entendernos mejor y a disfrutar juntos. Leer más ...

¿Tu perro apoya la cabeza contra la pared?

Puede que tenga un episodio de head pressing, ¿qué es esto? El head pressing es una conducta anómala del perro consistente en presionar o apoyar su cabeza contra algún objeto o contra el suelo o la pared de forma frecuente y por un lapso de tiempo significativo. También se presenta en caballos y gatos. Este comportamiento suele indicar que existe un problema de salud subyacente, generalmente un trastorno neurológico como una encefalopatía, algún trauma o episodio tóxico. Tu perro «te está diciendo» que tiene un problema de salud y se trata de una urgencia veterinaria. Leer más ...

¿Tienes un perro nervioso? 4 trucos para la calma

Tener un perro activo, juguetón, incluso algo revoltoso en su «infancia», es normal. El comportamiento inquieto en situaciones cotidianas, la incapacidad para la relajación y la concentración en la vida diaria son signos de que tu perro puede necesitar aprender a lograr un estado de calma. Este estrés constante puede deberse a factores genéticos, derivados de su entorno o de la educación que reciban, siempre descartando algún tipo de problema neurológico. Es cierto que hay razas más activas que otras, pero es importante distinguir entre un perro con un nivel de actividad alto en momentos puntuales y un perro que es incapaz de mantener un comportamiento estable y calmado. Leer más ...