La digestibilidad de un alimento es un criterio de máxima importancia. Expresa directamente la cantidad de nutrientes que están disponibles para su absorción por parte del organismo de nuestra mascota.
Se determina mediante pruebas alimentarias controladas por las que se puede conocer, por ejemplo, la digestibilidad de la proteína bruta (PB) o grasa bruta (GB).
Es importante recalcar que los piensos de mayor calidad poseen un coeficiente de digestibilidad más alto que los de calidad más baja. En las dietas de alta calidad se puede alcanzar una digestibilidad de hasta un 95%. A medida que aumenta la calidad de los ingredientes, aumenta también la digestibilidad de los nutrientes.
Si administramos a nuestro perro o gato un pienso de baja digestibilidad, estos tendrán una alta proporción de ingredientes que no pueden ser adecuadamente digeridos. Como resultado, estos componentes pasarán al intestino grueso, donde sufrirán una fermentación por parte de la flora intestinal que, para este tipo de alimentación, suele resultar excesiva. Esto dará lugar a flatulencia y heces blandas. Además, deberemos administrar más cantidad de alimento a nuestro perro o gato para cubrir sus necesidades, pues los piensos de baja calidad poseen un pobre valor nutricional. Al consumir más cantidad de alimento, aumenta la velocidad del mismo al pasar por el tracto digestivo, con lo que se favorece una baja digestibilidad y un mayor volumen de las heces y la flatulencia.
En definitiva, la digestibilidad de un alimento aumenta según la calidad de sus ingredientes, los niveles elevados de grasa de calidad y un correcto procesado de los mismos.
Como hemos indicado, los perros y gatos alimentados con piensos de baja calidad y digestibilidad necesitan una mayor cantidad para satisfacer sus necesidades nutricionales. Además, estudios realizados con perros en fase de crecimiento demostraron que aquellos que habían sido alimentados con dietas pobres en calidad mostraban menor apetito, menor peso y desarrollo y un peor pelo y piel que los alimentados con una dieta altamente digestible. Sus analíticas difirieron también, mostrando unos peores resultados en el primer grupo.
Aunque la digestibilidad de los nutrientes no se refleja en el envase, realmente es lo que importa a la hora de valorar un producto. Podemos tener dos dietas con valores idénticos en los constituyentes analíticos de su etiqueta, pero con digestibilidades muy diferentes para sus proteínas, grasas y fibras. Habitualmente el volumen de heces está relacionado con la digestibilidad, aunque también puede alterarse con aditivos astringentes. Lo importante es conocer las fuentes de esos nutrientes para valorar la digestibilidad, pues por ejemplo la proteína proveniente de carne de ave siempre es más digestible que las harinas de carne de rumiantes por ejemplo, que contienen más colágeno. Este presenta una baja digestibilidad, pero se valora igualmente como proteína, con lo cual podemos ver dos piensos con un valor idéntico en porcentaje de proteína, o incluso más elevado en el de peor calidad, que sin embargo funcionen de forma muy diferente en el organismo canino. A menudo, un producto con un 23% de proteína de alta digestibilidad cubrirá las necesidades proteicas de nuestro perro mucho mejor que otro con un 30% de proteína poco digestible.
Debemos elegir siempre un producto de alta calidad para alimentar a nuestras mascotas. Una dieta altamente digestible dará lugar a heces poco voluminosas, ausencia de flatulencia, y una menor frecuencia de defecación. El peso corporal y la tasa de crecimiento, en su caso, se mantendrán correctamente sin la necesidad de administrar cantidades excesivas. Además veremos una piel elástica y un pelo brillante y lustroso.
No olvidemos que, en cuanto a la alimentación de nuestros perros y gatos, lo barato puede salir caro.
La alimentación industrial es lo mejor para los gatos, si es premium o de gama alta siempre estarán mejor de salud. Consumo algunos productos de arion y le va bien a mis mascotas.
Gracias, Paradais Sphynx, ¡siempre hay que optar por la calidad y aseguraremos su buena salud! ¡Saludos cordiales!