Si al acariciar o peinar a tu perro notas que tiene uno o varios bultitos en la piel, aunque esto cause desconcierto y alarma, mantén la calma, ya que la mayor parte de las veces suelen ser benignos; aún así, todos los bultos requieren una visita al veterinario, y en ocasiones algunas pruebas diagnósticas para descartar que sea un tumor maligno, en cuyo caso la detección precoz es importantísima.
Si descubres un bulto en la piel de tu perro, consulta siempre al veterinario
Para determinar la naturaleza de un bulto sospechoso en la piel de tu perro, generalmente el veterinario tras la exploración, puede tomar muestras del contenido interior (las células que lo forman) mediante la aspiración con una jeringuilla; en la mayoría de los casos esta es una prueba rápida y si el perro se queda quieto unos segundos no reviste mayor importancia.
Con esa muestra de contenido celular se realiza un estudio citológico, y si se teme que el bulto pueda ser debido a un tumor, lo más frecuente es realizar una biopsia. Tras los resultados de estas pruebas y valorando la dimensión del bulto y su localización en el cuerpo del perro, el veterinario puede realizar más pruebas diagnósticas para informarte adecuadamente.
Algunos tipos de bultos benignos en la piel de tu perro
-Los quistes sebáceos, este tipo de bulto o bultos, muy comunes en los perros, surgen como consecuencia del `taponamiento´ de una glándula sebácea, presentan un aspecto líquido o semisólido y no son dolorosos para el perro.
Los quistes sebáceos son benignos y generalmente suelen desaparecer por sí solos tras la erupción y el encapsulamiento, siempre que no se infecten. Lo que nunca hay que hacer es pellizcarlos o intentar `exprimirlos´ o `explotarlos´ con nuestras manos ya que se provocaría una infección en la piel del perro. Es necesario controlarlos regularmente, ya que en caso de que no desaparezcan por sí solos, el veterinario puede considerar su extirpación quirúrgica.
-Los lipomas o `bultos de grasa, son muy fáciles de palpar para el propietario y su aparición también es frecuente. Consisten en nódulos de grasa en el tejido subcutáneo. Generalmente son benignos, y aunque pueden aparecer a cualquier edad, se presentan con mayor incidencia en los perros mayores. Normalmente requieren vigilancia y no suelen ser tratados a menos que causen molestia a nuestro perro, entonces el veterinario aconsejará el tratamiento adecuado dependiendo del volumen de la masa y de la zona en la que se aloja (escisión, medicación o liposucción, entre otros procedimientos).
-Los abcesos tienen su causa en una herida que se ha infectado, se observarán como `saquitos´ o glóbulos de pus a su alrededor. El tratamiento veterinario es muy sencillo, y debe hacerse cuanto antes para evitar que la infección se extienda.
-Un bulto tras la vacuna, si has vacunado recientemente a tu perro y notas un bultito duro en el lugar del pinchazo, no te preocupes, ya que se trata de una reacción bastante habitual. El bultito desaparecerá por sí solo pasados unos días o un par de semanas, como mucho.
-Las verrugas o papilomas son `racimos´ de células que se desarrrollan anormalmente en una forma que recuerda a una coliflor, y están provocadas por el virus del papiloma canino.
Puede presentarse en cualquier zona cutánea, pero se da especialmente en la mucosa bucal, faringe, cara, labios o párpados del animal, este trastorno tiene una mayor incidencia en perros de edad avanzada o en aquellos que están recibiendo algún tipo de tratamiento inmunodepresor.
Suelen requerir vigilancia veterinaria y tratamiento llegado el caso, para evitar que deriven en una patología maligna, o causen lesiones o dolor al perro.
Algunos tipos de bultos malignos en la piel de tu perro
Entre los bultos de la piel del perro que son más preocupantes se encuentran:
– El tumor mamario que es el tipo de cáncer más habitual en las hembras que no han sido esterilizadas. Ante la aparición de cualquier tipo de bulto en las mamas de nuestra perra, hay que visitar al veterinario, ya que la detección y el tratamiento precoz son esenciales.
-El mastocitoma cutáneo es uno de los cánceres de piel y tejido subcutáneo más frecuente en los perros, si no se diagnostica y se trata a tiempo puede extenderse a órganos internos del cuerpo ya que su capacidad invasiva no es fácilmente predecible, por lo que exige un seguimiento veterinario adecuado.
-El carcinoma de células escamosas cutáneo (CEE) es una neoplasia (tumor) epitelial considerado de elevada malignidad. Suele ser más común en los gatos que en los perros, y aunque su etiología puede ser multifactorial, se sabe que la exposición prolongada a la acción de los rayos ultravioleta es el principal factor de riesgo para su desarrollo. Su suele producir en perros de edad madura (de entre 7 y 11 años).
-El fibrosarcoma es un tipo de cáncer de tejidos blandos mucho más frecuente en los gatos que en los perros. Algunos autores han descrito que ciertas razas caninas de gran tamaño presentan una mayor predisposición a desarrollarlo (entre ellas se han descrito en el, setter irlandés, golden retriever, epagneul breton, dobermann o irish wolfhound) , aunque este tumor puede originarse en cualquier parte del cuerpo del perro, se localizan con mayor incidencia en el tejido subcutáneo, cuya apariencia son masas subcutáneas sólidas, de tamaño variable, de aspecto mal delimitado e indoloras para el perro.
Palpar a tu perro de vez en cuando es la mejor forma de prevención
Palpar todo su cuerpo de forma regular, especialmente si es de pelo largo, es un gesto sencillo pero muy eficaz para proteger la salud de tu perro, ante cualquier bulto, pápula cutánea o mancha sospechosos, no dudes en visitar a tu veterinario para descartar problemas graves.
Este artículo es informativo, solo los profesionales veterinarios tienen la facultad de establecer diagnósticos y prescribir tratamientos. Te recomendamos que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier síntoma.
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