Por diversos motivos, puede ocurrir que nos veamos en la situación de criar a un gatito o gatitos huérfanos, o cuya madre se encuentre enferma o sin leche suficiente. ¿Cómo hemos de hacerlo? En esta entrada lo explicamos en seis sencillos pasos.
- Proporcionar un lugar seguro, caliente y seco: el sitio idóneo es una cajita o cama de bordes altos de la cual no puedan caerse ni salir. Podemos colocar empapadores en el fondo y, sobre ellos, un material cálido y siempre seco. Para mantener la temperatura conviene colocar sobre su cajita una lámpara de infrarrojos, que mantenga una temperatura constante, pues el gatito es incapaz de regularla, y que no dañe sus sensibles ojos.
- Alimentación: la importancia de una leche maternizada adecuada: deben utilizarse leches maternizadas específicas de composición similar a a la de la gata ya que otro tipo, y especialmente la de vaca, no son adecuadas para al gatito y le ocasionarán trastornos digestivos y problemas digestivos, además de ser nutricionalmente inadecuadas para ellos.
Daremos varias tomas al día, comprobando que la leche esté tibia, con un biberón con tetina especial para evitar la aspiración del alimento, lo que podría llevar a un ahogamiento del cachorro. Para ello colocaremos al gatito en la posición más fisiológica posible, es decir, boca abajo y la cabeza ligeramente levantada.
Es importante controlar el peso de los gatitos una vez por semana, para determinar que su velocidad de crecimiento es la correcta. Los gatitos pesan al nacer pesan aproximadamente 100 gramos, y aumentan otros 100 por semana, hasta los tres meses, edad a la que comienzan a ser notables las variaciones asociadas al sexo. - Estimulación de área genital y limpieza: tras alimentarlos, frotaremos su zona perianal con una torunda o algodón húmedo para simular la lengua de la madre y así estimular el reflejo de defecación y micción. Es muy importante realizar esta acción, pues de lo contario, ellos solos no orinarán ni defecarán pudiendo producirse una obstrucción intestinal.
- Estimulación de la circulación: al dar de mamar a sus gatitos la gata los lame, estimulando así la circulación sanguínea además de limpiarlos. Podemos emular esta acción masajeándolos suavemente con la mano o con un pequeño cepillo, por ejemplo, un cepillo de dientes.
- Humedad ambiental: si el ambiente es muy seco es necesario mantener la humedad pues los gatitos se deshidratan fácilmente. La humedad relativa ambiental debe ser superior a un 50 %, lo cual podemos conseguircolocando algodones húmedos fuera del alcance de los gatitos, y manteniendo su caja cerrada para evitar la evaporación.
- Transición a la alimentación sólida: aproximadamente a la edad de cinco o seis semanas, los gatitos comienzan a interesarse por el alimento sólido. Elegiremos un pienso de alta calidad, especialmente formulado para ellos, para realizar dicha transición. Comenzaremos humedeciendo cierta cantidad de ese pienso en su leche maternizada habitual, hasta conseguir una pasta semisólida. Alternaremos este preparado con su leche hasta que se acostumbren a su textura, reduciendo cada vez más las tomas y la cantidad de leche añadida a la pasta. De este modo los introduciremos a su alimentación futura y aprenderán a aprehender y masticar las pequeñas croquetas de pienso. Siempre tendrán agua fresca a libre disposición.
Siguiendo estos seis sencillos pasos, los gatitos crecerán sanos y adecuadamente. La elección de una alimentación equilibrada y nutricionalmente completa y el seguimiento del plan preventivo sanitario propuesto por nuestro veterinario garantizarán su salud en el futuro.