La parvovirosis canina

La parvovirosis canina es una enfermedad viral altamente contagiosa que puede ser potencialmente mortal. El virus ataca las células que se dividen más rápidamente en el organismo, afectando más severamente al tracto intestinal. En el caso de animales jóvenes, el parvovirus también puede producir problemas cardíacos.

Es una enfermedad relativamente reciente, los primeros casos de parvovirosis canina aparecieron a finales de los años 70 y la enfermedad se extendió rápidamente por todo el mundo. Se especula que, probablemente, el virus del parvovirus canino surgió de una mutación del virus de la panleucopenia felina, otro parvovirus que afecta a los gatos con síntomas similares.

Es una enfermedad extremadamente contagiosa y aunque no afecta a los humanos, si ha entrado en contacto con heces infectadas, una persona puede ser la transmisora entre perros, también otro animal u objeto. El virus es altamente resistente, pudiendo vivir en el medio ambiente durante meses y sobrevivir en objetos tales como recipientes de comida, zapatos, ropa, alfombras y suelo. Es común que un perro sin vacunar contraiga parvovirus en el exterior, sobre todo en las zonas urbanas donde hay muchos perros.

La parvovirosis se diagnostica en base a los signos clínicos y pruebas de laboratorio. La prueba de inmunoensayo (ELISA) se ha convertido en un medio común para llegar al diagnóstico. Se realiza por medio de un kit que detecta parvovirus en las heces del perro, y se lleva a cabo rápidamente en una clínica u hospital veterinario. Debido a que esta prueba no es 100% sensible o específica, pueden ser necesarias pruebas y análisis de sangre adicionales.

Los síntomas generales de la parvovirosis son letargo, vómitos intensos, pérdida de apetito, diarrea maloliente y en ocasiones sanguinolenta, que puede conducir a una rápida deshidratación.

Los cachorros, perros jóvenes  e incluso adultos que no están vacunados son los más susceptibles al virus. El parvovirus canino afecta a la mayoría de los miembros de la familia de los perros (lobos, coyotes, zorros, etc.).

Es fundamental proteger a nuestro perro de este potencial asesino asegurándonos de que está al día en sus vacunas. El parvovirus debe considerarse una vacuna básica para todos los cachorros y perros adultos. Nuestro veterinario nos informará del plan de vacunaciones que debemos seguir estrictamente si queremos protegerlo de esta enfermedad. Sabremos cuándo estará protegido completamente y cuándo debe recibir una revacunación para preservar su salud y evitar contagios.

Si lamentablemente nuestro perro se ha contagiado ya, aunque no hay tratamientos disponibles que puedan matar al virus, sí se puede establecer un tratamiento de soporte, basado fundamentalmente en fluidoterapia y antibioterapia sistémica para controlar la deshidratación y las posibles infecciones bacterianas secundarias para controlar los síntomas y estimular el sistema inmunológico de nuestro amigo para ayudarle a ganar la batalla contra esta peligrosa enfermedad. Los perros infectados con parvovirus necesitan tratamiento intensivo en un hospital o clínica veterinaria.

¿Cuál es la clave entonces en la lucha contra esta enfermedad? Una vez más, la prevención por medio de una correcta primovacunación y revacunaciones y seguir fielmente las instrucciones de nuestro veterinario para que nuestro perro crezca sano y feliz.

 

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