La luxación de rótula es una condición congénita, aunque en algunos casos puede ser también secundaria a un traumatismo, que se da en los perros, teniendo una marcada prevalencia en aquellos de raza pequeña o toy. Consiste en el desplazamiento o inestabilidad de la rótula de su posición correcta en el surco troclear del fémur.
En perros pequeños, frecuentemente, la luxación sucede hacia el lado medial de la articulación de la rodilla, es decir, hacia el lado interno y suele estar asociado a malas angulaciones y deformaciones genéticas. En perros de gran tamaño la luxación suele ser hacia lateral.
Es fundamental otorgarle la importancia que tiene, sobre todo tratándose de perros de deporte, pues no solamente afecta al mecanismo articular de la rodilla, sino que puede producir dolor lumbar por mal posicionamiento debido a la sobrecarga.
Sus 3 síntomas
- Cojera de aparición súbita: es típico que el animal ande como a saltitos cuando la rótula se luxa, cuando vuelva a su posición inicial el perro apoyará de nuevo correctamente.
- Dolor a la palpación lumbar por sobrecarga
- Degeneración de la articulación de la rodilla según la edad y la gravedad del proceso
Se diagnostica de manera clínica o palpatoria, luxando la rótula o bien mediante radiografías.
Según su gravedad las clasificamos en 4 grados:
- Grado I: luxación de rótula intermitente. La rótula se luxa fácilmente con la mano cuando se extiende la articulación pero vuelve a la tróclea al liberar la extensión.
- Grado II: Luxación frecuente, y desviación de la tuberosidad de la tibia. La rótula se luxa ejerciendo presión con la mano o flexionando la articulación y permanece luxada hasta que el explorador la reduce. Si la luxación es crónica se nota crepitación o chasquidos.
- Grado III: Luxación permanente pero la rótula puede resituarse en el surco troclear. La cresta tibial está más desviada que el grado II. El perro mantiene la extremidad semiflexionada.
- Grado IV: La tibia está retorcida medialmente y la cresta está m uy desviada. La rótula está permanentemente luxada en la zona medial del cóndilo femoral medial y no se puede reducir. La extremidad permanece en flexión
Tratamiento de la luxación de la rótula
El tratamiento conservador está indicado en animales adultos asintomáticos, en los casos con síntomas intermitentes y en aquellos con signos ligeros que no progresan hacia la gravedad. Es necesario un control del ejercicio, la recolocación de la rótula por parte del propietario y tratamiento farmacológico de sostén.
El tratamiento quirúrgico está indicado para los animales con cojera como síntoma principal. Existen diversas técnicas que se pueden combinar entre sí según la gravedad de la luxación o desviación de la cresta tibial. Suelen ofrecer un óptimo resultado y rápida recuperación.
Es muy importante, en perros de deporte, estabilizar la rótula en caso de luxación, aunque sea leve, siempre que le provoque dolor o molestias. El dolor o un mal apoyo se traducirán en posturas compensatorias que afectarán a su forma de moverse y a su rendimiento deportivo, predisponiéndolo a otras lesiones.