El síndrome urológico felino (FLUTD), antiguamente conocido como FUS, describe un conjunto de patologías que pueden afectar a la vejiga y a la uretra de los gatos. Este síndrome puede tener varias causas posibles, pero sus signos suelen ser similares.
Los gatos con FLUTD generalmente muestran dificultad y dolor al orinar, aumento de la frecuencia de micción y sangre en la orina. Tienden a lamer su área genital en exceso y, a veces, orinan fuera de la caja de arena.
Puede aparecer en gatos de cualquier edad pero se observa con mayor frecuencia en animales de mediana edad, gatos obesos, que realizan poco ejercicio y que consumen dieta seca. Los factores ambientales, tales como las interacciones con los propietarios, los hogares con varios gatos, y los cambios en la rutina también pueden aumentar el riesgo de que un gato desarrolle FLUTD.
Las causas más comunes, entre otras, son infecciones del tracto urinario, cálculos urinarios y tapones uretrales. Nuestro veterinario determinará cuál es el motivo que produce este síndrome.
Una de las causas frecuentes es la llamada cistitis idiopática felina (FIC). Se diagnostica por exclusión, una vez descartadas otras patologías. Los gatos que sufren de FIC hacen intentos frecuentes de orinar, probablemente como consecuencia de las molestias de la vejiga, y con frecuencia se encuentra sangre en su orina. Puede resolverse sola en un par de semanas y es posible administrar un tratamiento preventivo para que no vuelva a repetirse. Sus causas no están claras, si bien existe una clara relación entre su incidencia y el estrés y factores ambientales y nutricionales.
Otra posible causa de FLUTD son los cálculos urinarios. Los gatos que los sufren mostrarán muchos de los signos comunes de FLUTD. El tratamiento de un gato con cálculos urinarios depende de la composición mineral de las piedras, sin embargo, a menudo se requiere su extirpación quirúrgica. Los dos tipos de cálculos más comunes en los gatos son estruvita y oxalato de calcio.
En caso de que los cálculos sean de estruvita se pueden eliminar o minimizarse con una dieta especial. Si esto no funcionase, es necesario recurrir a la cirugía para su extirpación. Los cálculos de estruvita son cada vez menos comunes en los gatos, pues las dietas comerciales de calidad están adaptadas para reducir la probabilidad de su formación, al limitar la cantidad de magnesio y acidificar la orina. A diferencia de los de estruvita, los cálculos compuestos por oxalato cálcico no pueden disolverse con dietas especiales. Los gatos que ya han sufrido cálculos urinarios presentan un mayor riesgo de recurrencia, y nuestro veterinario puede recomendará cuáles son las pautas más adecuadas para evitarlo.
El problema más serio asociado con la función urinaria es la obstrucción uretral, en estos casos la uretra puede resultar total o parcialmente bloqueada y es potencialmente peligroso para la vida del gato. Esta obstrucción puede producirse no sólo por cálculos urinarios, también por tapones uretrales formados por minerales, células y proteínas con apariencia de moco.
Los gatos machos castrados presentan mayor riesgo de obstrucción que las hembras, debido a que su uretra es más larga y estrecha, esto se agudiza tras la esterilización. Por eso es importantísimo, desde el mismo momento de la cirugía, adaptar su alimentación con una dieta específica para minimizar el riesgo ya que es una patología muy peligrosa para la vida del gato.
¿Qué podemos hacer nosotros para que nuestro gato no sufra FLUTD?
Debemos darle un pienso de alta calidad, con control de pH, y siempre debe tener agua limpia y fresca a su disposición. Esto es muy importante, porque los gatos son muy exigentes con la calidad del agua y una baja ingestión de líquidos combinado con una dieta de alimento seco sería fatal para un gato predispuesto al FLUTD. El control del pH urinario es fundamental para minimizar los riesgos de aparición de esta patología. Para prevenir la formación de cálculos de estruvita, que se suelen formar cuando el pH urinario es superior a 6’8, debe consumir una dieta que acidifique la orina y controle el nivel de magnesio. Esta acidificación del pH urinario debe ser moderada y nunca bajar el pH a niveles inferiores a 6’2, ya que en este caso aumenta mucho la posibilidad de que aparezcan cálculos de oxalato cálcico. Por lo tanto es importante conseguir que el pH urinario del gato se mueva en valores situados entre 6’2 y 6’8 que suelen ser los óptimos para prevenir la formación de ambos tipos de cálculos.
Su caja de arena ha de estar limpia y accesible y, si hay varios gatos en casa, ha de haber un número suficiente de cajas. Y sobre todo no hay que olvidar que, si observamos que nuestro gato muestra alguno de los síntomas relacionados con FLUTD, debemos acudir inmediatamente al veterinario.