Cómo comenzar a practicar agility con tu perro

Al estar inspirado en los concursos hípicos de saltos, la pruebas de este deporte canino (originado en Reino Unido a mediados de los años 70), consisten básicamente en que el perro, sin correa (y sin collar, por razones de seguridad para él) y dirigido por su guía mediante órdenes verbales o señales corporales, supere un circuito de llamativos obstáculos dispuestos en la pista en el menor tiempo posible -existe un tiempo máximo por recorrido o «manga» que el juez fija de antemano para todos los participantes según el nivel de maestría en que se encuentren- y además con la menor cantidad de penalizaciones (errores, faltas o rehúses).

Qué es lo primero que tengo que hacer si me gusta el agility

Cualquier perro, no importa su raza, cruce o tamaño, es apto para practicar este increíble deporte si su morfología le permite este tipo de esfuerzo, y una vez que el veterinario le haya examinado y lo autorice. La edad mínima para tomar parte en pruebas oficiales es dieciocho meses, ya que es aconsejable esperar a que el cachorro haya completado su desarrollo físico y se recomienda comenzar a practicar cuando ya ha cumplido un año, aproximadamente, dependiendo del tamaño y características de cada perro. Lo más importante de todo es que tu perro disfrute con esta actividad.

Categorías de agility

Dependiendo del tamaño de tu perro, podrás entrenar y participar en una de estas tres categorías oficiales, en la que los obstáculos se adaptan a las diferentes alturas reglamentadas.

-Categoría S (small pequeña): para perros por debajo de los 35 cm a la cruz.
-Categoría M (medium, mediana): para perros de 35 cm de altura a la cruz y menores de 43 cm a la cruz.
-Categoría L (large, grande): para perros de 43 cm de altura a la cruz o más.

La primera toma de contacto con los obstáculos

Podéis iniciaros en este apasionante deporte en alguno de los múltiples clubes que existen en España. Se puede comenzar desde que el perro es joven siempre en forma de juego, sin realizar saltos ni ejercicio intenso, simplemente para familiarizarse con el ambiente y con los obstáculos para cuando ya pueda hacer actividad física más potente. Estas breves sesiones constituirán una excelente experiencia para su socialización y estimulación psíquica, siempre con refuerzo positivo, ya sean premios o con clicker.

Es casi esencial que antes de comenzar a entrenar agility, el perro ya haya aprendido algunos ejercicios de obediencia básica, como venir a la llamada, caminar junto sin correa o sentarse y tumbarse a la orden, así como que haya recibido una buena socialización, ya que va a estar en un entorno con múltiples estímulos visuales y sonoros, además de la presencia de perros y personas desconocidos.

Iniciarse en agility con un perro adulto

Puede que tu perro ya sea adulto y queráis comenzar a practicar este deporte tan beneficioso para «quemar energía» de una forma controlada, favorecer el aprendizaje y socializar. De hecho, son muchos los expertos que recomiendan esta práctica deportiva como parte de la terapia para perros que presentan determinadas fobias, miedos o estrés, ya que fortalece de una manera espectacular el vínculo y la confianza entre el perro y su propietario.

Cada obstáculo de agility requiere un aprendizaje específico para tu perro

El entrenamiento de agility requiere técnicas específicas para cada uno de los obstáculos que componen un recorrido. Cabe destacar que todos ellos deben estar homologados para cumplir con los requisitos de una prueba oficial y garantizar la seguridad del perro.

¿Qué es el Agility? Un campeón del mundo nos lo cuenta

Los recorridos suelen tener de cien a doscientos metros en total, y dependiendo de la prueba pueden estar compuestos de entre quince a veinte obstáculos diferentes que el perro deberá abordar en un tiempo determinado, al menos siete de ellos serán saltos (vallas, muro y rueda).

No hay dos recorridos iguales, cada juez diseña el suyo y dependiendo de su colocación se determina el grado de dificultad y velocidad de esa pista, así se evita la «mecanización» y se fomenta el aprendizaje continuo del binomio perro-guía y la máxima diversión.

Este deporte requiere velocidad, destreza y concentración para el perro así como una enorme complicidad con su guía, por ello es uno de los aprendizajes más completos y divertidos que un perro puede realizar.

¿Cuáles son los obstáculos de agility?

Los obstáculos homologados por la Federación Cinológica Internacional (F.C.I.) son:

Obstáculos de salto:

– Vallas de salto (simples y agrupadas). Muro o viaducto. Rueda (desmontable o sólida)

Obstáculos de contacto:
– Balancín. Empalizada. Pasarela

Otros obstáculos:

– Túnel de lona. Túnel rígido. Slalom. Salto de longitud. Mesa.

La alimentación de un perro que practica agility

Es necesario comprender que en el agility el ejercicio es de tipo anaeróbico. Se trata de un deporte «explosivo», con fuertes impactos y cambios de ritmo donde la velocidad y el salto juegan un papel fundamental, pero en el que el desgaste energético no es excesivo ya que el esfuerzo físico es breve.

La energía consumida en el ejercicio aneróbico proviene fundamentalmente del glucógeno que se almacena en los músculos y en el hígado. Por esta razón fisiológica, para un perro que practica agility no es necesario alimentarle con un pienso rico en grasa, habitualmente denominados «alta energía» ya que para la práctica del agility la mejor fuente energética son hidratos de carbono muy digestibles, sino con un pienso con niveles de proteína y grasa normales, pero que aporte nutrientes específicos para este tipo de deporte.

Lo que no se debería hacer si tu perro practica agility

Alimentarle perro justo antes de la competición o entrenamiento: nunca debemos proporcionar ningún tipo de alimento a los perros de agility justo antes de la competición. Debemos alimentarles como mínimo unas tres o cuatro horas antes de la misma y siempre con una cantidad de alimento inferior a la habitual. Luego compensaremos en la siguiente tomar diaria. El agility que nunca debe practicarse con el estómago lleno.

Alimentar a tu perro de agility a libre disposición en tolva: un perro que practica deporte no debería alimentarse «ad libitum» por varios motivos. El principal es la falta de control de lo que ingiere, que nos dificulta detectar cualquier problema o enfermedad de modo inmediato. Por otro lado, el hecho de alimentar al perro de agility una o dos veces al día refuerza mucho el vínculo con su guía y estimula al perro a seguir sus indicaciones y, finalmente, con un racionamiento adecuado, dando la cantidad diaria recomendada, repartida en una o dos tomas, es fácil mantener una condición corporal óptima en todo tipo de situaciones, pues la cantidad de alimento varía en función de la temperatura ambiental, la intensidad del ejercicio y la edad de nuestro perro.

Darle de beber agua fría justo tras el esfuerzo: debemos esperar siempre al menos media hora después de un esfuerzo intenso para dar de beber a nuestro perro. La ingesta brusca de agua fría tras el ejercicio intenso puede desencadenar problemas de índole digestivo como la temida torsión de estómago.

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