Artrosis canina. ¿Qué es y a qué perros afecta?

La artrosis es una enfermedad que afecta a las articulaciones. Compromete al cartílago, hueso, membrana sinovial y la cápsula articular, siendo el cartílago articular el tejido más afectado

Este sufre un proceso de degeneración y erosión y ello conlleva, a su vez,  la degradación del cartílago del hueso opuesto de la propia articulación. Posteriormente se produce un sobrecrecimiento y remodelación ósea.

Los animales pueden padecer dos tipos de artrosis. La primera de ellas es la artrosis primaria, sin ningún factor predisponente identificable y derivado de la edad, y que puede afectar a varias articulaciones como la rodilla, cadera, carpo, columna vertebral, tarso, etc. En el caso de la otra artrosis, la secundaria, subyace una causa que la provoca como por ejemplo traumatismos, displasia de cadera,  curvaturas anormales de la columna, enfermedades óseas, cirugía, sin olvidar causas metabólicas, neuropáticas o endocrinas. Por tanto, el principal factor de riesgo para la aparición de la artrosis es la edad. Otros factores importantes son traumatismos, cirugías, uso repetitivo de la articulación y obesidad.

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Los síntomas principales son el dolor, pérdida de función, restricción de movilidad y rigidez. A todo ello se asocia pérdida de masa muscular (atrofia) por desuso de extremidades o zonas afectadas, mientras que aparecerán áreas compensatorias hipertróficas. Por tanto, es importante tener en cuenta las alteraciones posturales y biomecánicas que aparecerán en el animal para instaurar un  correcto tratamiento y no estancarse en una terapia meramente paliativa.

Aunque sea un proceso degenerativo y sin posibilidad de curación, sin embargo, existen hoy en día tratamientos que permiten detener el avance de la enfermedad y que producen una sustancial mejora en la calidad de vida de los perros afectados.

Artrosis canina. ¿Qué es y a qué perros afecta?

Esta serie de recomendaciones a seguir nos resultarán de gran utilidad:

  • Control del peso: es importante evitar caer en el sobrepeso porque restringe la movilidad, sobrecarga las articulaciones y dificulta la realización de ejercicio.
  • Ejercicio regular y moderado: para movilizar las articulaciones y mantener el tono muscular. Muchas veces por la presencia del dolor o molestias, el animal tiende a utilizar en menor medida las articulaciones afectadas, rehúye el ejercicio y se mueve menos. Esto puede desembocar en una falta de tono muscular e incluso atrofia por desuso, agravando el cuadro.
  • Evitar una exposición prolongada a la humedad y al frío: para ello podemos ayudarnos de abrigos, impermeables y ropa térmica que mantiene el calor corporal del perro en épocas frías.

Evitar los cambios bruscos de temperatura: mantener una temperatura constante en casa y procurar que el perro duerma en colchones o camas que lo aíslen de la humedad del suelo.

En nuestro siguiente post os hablaremos sobre las diferentes opciones terapéuticas disponibles hoy en día para mejorar la calidad de vida de los animales que sufren esta enfermedad.

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