Son de sobra conocidos los numerosos beneficios físicos y emocionales que nos aporta la convivencia y el vínculo con los perros, tanto es así que cada vez más se valora e incrementa su intervención como ayudantes o facilitadores de diversas terapias individuales o colectivas, con muy variados objetivos. En estas importantes tareas, la nomenclatura oficial es «perros de intervención», y entre ellos se encuentran incluidas las actividades asistidas con animales, la terapia asistida con animales y la educación asistida con animales.
La terapia sanitaria asistida por perros
Es evidente que los perros no curan, pero aquellos que están entrenados especialmente para esta delicada tarea realizan una valiosa labor, decidida y supervisada por un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios (oncólogos, psicólogos, geriatras y terapeutas), en algunos tratamientos hospitalarios
La ayuda al paciente que brindan estas terapias innovadoras, conducidas por técnicos de intervenciones asistidas con animales (IAA), engloba beneficios físicos, sociales, emocionales y cognitivos para los colectivos que las reciben.
Son cada vez más los centros hospitalarios que incorporan esta innovadora forma de terapia en sus programas. En general cualquier colectivo de pacientes que tienen instaurado un plan de terapia asistida es susceptible de mejorar realizando ejercicios en los que se usa como motor la vinculación con el perro.
La terapia social asistida por perros
Los perros actúan como «facilitadores» ya que son capaces de promover las relaciones interpersonales y favorecer las habilidades sociales entre los diversos colectivos en los que trabajan: personas con problemas de adaptación social, internos en prisiones, personas en situación de exclusión o aquellas que presentan enfermedades como el alzhéimer, espectro autista o menores con déficit de atención TDHA, entre otros
Asimismo, son «motivadores», para el cambio de valores y actitudes, para el aprendizaje de conceptos y habilidades, para la participación.
Las terapias asistidas con animales para personas mayores
Cada vez es más habitual implantar este tipo de terapias en centros de personas mayores, que reciben este tipo de terapias, ya que está demostrado que la interacción con los perros beneficia a los ancianos que presentan problemas de soledad, dificultades para relacionarse y comunicarse con otras personas, discapacidades motrices, demencia senil y sus manifestaciones o Alzheimer, entre otras patologías.
Gestos tan sencillos como acariciar a un perro, darle una pelota o peinarle les ayudan a mejorar su autoestima y estado de ánimo. Los perros además, contribuyen a estimular su actividad motora, sensitiva y cognitiva.
¿Cuál es el perro de terapia ideal?
La respuesta más amplia es todos y ninguno específicamente. No se trata de tamaño, ni de raza o no. Ni todos los perros pueden realizar terapia asistida ni todos los perros de terapia son aptos para cualquier tipo de terapia.
Se trata de un trabajo y un entrenamiento complejo, pero en general las cualidades indispensables que reúnen los perros de terapia son una sensibilidad especial casi innata, un grado de socialización muy alto, un buen trabajo en obediencia, ser perros equilibrados, disfrutar con lo que hacen, y poseer una especie de alegría y empatía muy marcadas, ya que la conexión afectiva es la base de la efectividad de los ejercicios.
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