5 preguntas sobre la terapia con perros

Cada vez son mejor conocidos y más valorados los vínculos que se establecen entre los perros y los seres humanos. Esta es la base de la progresión y de la positiva valoración de la que gozan las terapias asistidas con perros entre los colectivos médicos y sanitarios. Se trata de una labor compleja, casi vocacional, en la que se implican técnicos caninos con una formación específica, perros especializados y terapeutas profesionales con el único objetivo de ayudar a mejorar la salud física o psíquica de los pacientes que las reciben. Un experto en esta fascinante actividad nos revela cómo se llevan a cabo esas sesiones de terapia.

Terapia asistida con perros

Nuestro experto en terapia es Álvaro Cabrera, quien junto a Nuria, María y Antonio, su equipo de “Trabajo con perros”, lleva más de ocho años dedicado en cuerpo y alma a esta exigente y delicada labor. Por su sólida formación en educación y adiestramiento canino, su dilatada trayectoria y el constante aprendizaje en diversas materias para desempeñar con éxito la terapia asistida con perros, podemos conocer más profundamente cómo trabajan los increíbles perros que ayudan a las personas que más lo necesitan.

El entrenamiento del perro de terapia asistida

¿Álvaro, qué tipo de formación es necesaria para desempeñar el trabajo de técnico en terapia con perros?
Puesto que estamos ante una actividad que conlleva una gran responsabilidad, se requiere una sólida formación tanto en el manejo correcto del perro, su educación y entrenamiento, como en el conocimiento de las técnicas de terapia asistida que van a recibir los diferentes colectivos de pacientes. trabajamos para intentar mejorar la salud de las personas pero también debemos procurar mantener un entorno positivo de los espacios y métodos de trabajo para que los perros desarrollen su trabajo tranquilos y concentrados, dado que el nivel de exigencia física y mental requerido en este tipo de terapias es muy alto.

La terapia asistida con perros requiere de una cuidada organización, planificación y control. No debemos dejar nada a la improvisación.

Una sesión de terapia asistida con perros

¿En qué áreas, o con qué tipo de colectivos de pacientes realizas la terapia?
Trabajamos con colectivos muy diversos, desde niños (en labores de apoyo en la enseñanza, TDAH, autismo, Síndrome de Down o diversidad funcional, por ejemplo); a adolescentes (jóvenes en régimen de exclusión social, diversidad funcional o diversos problemas del aprendizaje); adultos (autismo, diversidad funcional, personas en régimen de exclusión social, personas con adicciones o con algún tipo de trastorno emocional) y ancianos (problemas emocionales derivados de la soledad, discapacidades motrices, demencia senil y sus manifestaciones o Alzheimer, entre otras patologías).

En general cualquier colectivo de pacientes que tienen instaurado un plan de terapia asistida es susceptible de mejorar realizando ejercicios en los que se usa como motor la vinculación con el perro. El límite en cada caso está en el nivel de imaginación del técnico y en las capacidades del perro de terapia, dando por supuesto que la formación técnica del equipo (técnico canino – terapeuta – perro), debe ser la idónea para afrontar con éxito el proyecto.

La terapia asistida con perros vista desde dentro

Diferentes momentos de un ejercicio de terapia asistida con perros. Fotos cedida por Álvaro Cabrera «Trabajo con Perros».

Los perros aptos para ser terapeutas 

¿Qué características imprescindibles deben tener los perros de terapia? ¿Cómo son los perros que trabajan contigo y con tu equipo?

Es importante saber que ni todos los perros pueden realizar terapia asistida ni todos los perros de terapia sirven para cualquier tipo de terapia. Este trabajo es complejo y requiere no solo que el perro tenga aptitudes, sino de que también tenga actitud: un perro puede tener aptitud pero también necesariamente debe tener una actitud de disfrute del trabajo, porque tiene que transmitir alegría y buenas sensaciones, una actitud alegre hace que la vinculación del usuario con él sea mayor y esta conexión afectiva es la base de la efectividad de los ejercicios.

Actualmente nuestros perros de terapia asistida son Ilu y Brandon –Labradores–; Tula ­–Cocker–; Duna –Chihuahua– y Bongo un Pastor Alemán.

equipo

El equipo de «Trabajo con Perros».

Los objetivos de la terapia asistida con perros

Dado que trabajas en beneficio de diferentes tipos de pacientes ¿cómo programas los ejercicios o sesiones terapéuticas para que sean lo más exitosas posibles?
Para el desarrollo de un programa de terapia lo primero es concertar el número de reuniones que sean necesarias con el equipo terapéutico del centro donde se vaya a trabajar. Las reuniones se planifican con ellos y a ellas asisten nuestra terapeuta y los técnicos caninos de nuestro equipo que van a intervenir en el proceso.

Ya junto al equipo terapéutico del centro se determinan en función de los perfiles de los usuarios los objetivos terapéuticos del grupo concreto que necesita la terapia. Es conveniente que este grupo de pacientes sea lo más homogéneo posible para cumplir con la máxima de que con el menor número de ejercicios se deben abarcar el mayor número beneficios terapéuticos.

Tras este paso, el técnico canino decide qué perros van a intervenir y qué ejercicios van a realizar durante el proceso Una vez que ya se ha fijado el programa de trabajo se inician las sesiones en las que habrá unas primeras de vinculación, unas intermedias (la mayoría) de terapia y unas de finalización para afianzamiento de objetivos y desvinculación afectiva de los usuarios con los perros, para que el proceso final no sea emocionalmente contraproducente para los usuarios (esta es la parte más compleja).

La terapia asistida con perros vista desde dentro

Beneficios de la terapia asistida con perros

¿Qué beneficios crees que aporta para los pacientes la terapia asistida con perros?
Esta cuestión es difícil de abordar con brevedad y requeriría de “un sinfín de cuestionarios”, pero por mi experiencia creo que la vulnerabilidad de los colectivos con los que trabajamos hace que estas personas hayan visto mermadas muchas de sus capacidades, sin embargo la que nunca han perdido es la capacidad afectiva y esa es la que el perro despierta o reaviva en los pacientes. En ocasiones tengo que contenerme para no dejarme llevar por mi propia emoción al comprobar cómo personas que han perdido tanto son las más felices del mundo cuando están trabajando con los perros.

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