Los perros poseen una diversidad morfológica asombrosa, por ejemplo, la Federation Cynologique International (F.C.I.) reconoce oficialmente más de 340 razas caninas diferentes. Además, los perros han ido evolucionando y adaptando su anatomía a lo largo de la historia, según las funciones primigenias para las que surgieron las diferentes razas y el tipo de clima y vida en el que se desarrollaron.
1 Cada nariz canina es única, algo así como nuestras huellas dactilares
No existen dos «narices caninas» iguales. Cada nariz (llamada trufa en los perros), es única y diferente. Su nariz sería como la huella dactilar en las personas: su identidad. Los perros tienen «huellas nasales» completamente diferentes unas a otras.
De hecho, ya existen iniciativas en empresas de Estados Unidos para desarrollar tecnología que permita identificar a los perros por su huella nasal en el caso de extravío o pérdida.
2 Los perros no sudan, jadean para regular su temperatura
Los perros carecen de glándulas sudoríparas en su dermis, tan solo están presentes en la capa interna de la piel de las almohadillas plantares, esta escasez de glándulas (la superficie de las almohadillas es muy pequeña en comparación con toda la dermis del perro), provoca que no pierdan suficiente calor por la evaporación de sudor: por ello los perros han desarrollado el mecanismo del jadeo, para regular y reducir su temperatura corporal cuando es necesario.
3 Grupos de anatomías caninas diferentes
Tomando como criterio la forma de la cabeza y algunos otros rasgos morfológicos importantes, en 1897, el veterinario Pierre Megnin estableció cuatro grupos caninos, en los que agrupar a las razas caninas.
Molosoides o molosos: cabeza grande con hocico corto (chato), una constitución musculosa y fuertes mandíbulas.
Encontraremos molosos de arena como el dogo de burdeos o el mastín napolitano; molosos de montaña como mastines y montañas del Pirineo; molosos tipo dogo como el boxer, gran danés y rottweiler y molosos de pequeña talla como el carlino o el bulldog francés, entre otros. Este término procede de Molosia una antigua región de Epiro (Grecia).
Bracoides: cabeza en forma de prisma, con un stop muy marcado (el stop en un perro es la depresión nasofrontal, es decir la zona de la cara del perro donde se une el hocico con la frente) orejas caídas, labios largos y colgantes. Aquí se englobarían todas las razas de tipo braco.
Graioide: los lebreles ocupan este grupo cuyas características son un stop poco marcado, prácticamente inexistente, el vientre retraído y extremidades largas.
Lupoides: engloba a un grupo numeroso de perros, cuya apariencia recuerda a la del lobo y cuyas características comunes son orejas erguidas y terminadas en punta, cabeza triangular, hocico largo y un stop poco marcado. Una gran mayoría de razas de pastor y nórdicas serían perros lupoides.
4 Tipos de «pies» en los perros
Los perros son digitígrados, esto es que están parados o caminan apoyando solamente los dedos de sus patas, sin apoyar la articulación del talón.
Las razas caninas tienen perfectamente definidos en sus estándares qué tipo de pie (el término anatómico es mano, para las cuatro extremidades) debe tener el perro que pertenece a cada raza concreta.
Fundamentalmente son tres:
-Pie de gato: dedos arqueados, cortos y apretados, dando una forma claramente redonda, compacta, «recogida y pequeña» al pie del perro (que recuerda al del gato). En esta clasificación se encuentran numerosas razas caninas como el akita, el schnauzer, el shit tzu o el san Bernardo entre otros.
–Pies de liebre: como su nombre indica, se trata de pies delanteros alargados, con un tercer hueso digital largo, que requiere más energía para moverse en comparación con los pies de gato. Muchos lebreles tienen este tipo de pies delanteros.
-Pies palmeados (fundamentalmente en las extremidades delanteras), son pocas las razas que tienen la característica de que una membrana interdigital una los dedos de sus manos delanteras, y básicamente se trata de perros que originariamente realizaban funciones en el agua, o en terrenos fangosos, y debían dominar la natación como el terranova, el Chesapeake bay retriever o el perro de agua portugués
5 Los perros tienen 8 grupos sanguíneos
La sangre de los perros se divide en nueve grupos, cuya nomenclatura internacional son las siglas DEA (Dog Erythrocyte Antigen) que significan antígenos de los eritrocitos del perro.
DEA 1.1- DEA 1.2- DEA 3- DEA 4- DEA 5- DEA 6 – DEA 7 – DEA 8
Se estima que más de un 40% de la población canina es del grupo DEA 1.1 (+); el que provoca un gran riesgo de reacciones adversas, debido a su mayor poder antigénico, es el DEA 1.1. Con esta consideración los los perros que sean DEA 1.1 negativos se consideraran los donantes idóneos, universales.
Las transfusiones sanguíneas son una práctica veterinaria que se realiza (tanto en perros como en gatos), cuando es necesario, especialmente en urgencias y cuidados intensivos, o como terapia en casos severos de anemia; existen bancos de sangre veterinarios en numerosos lugares del mundo. Los donantes, voluntarios al igual que ocurre en los seres humanos, deben cumplir una serie de requisitos: ser perros clínicamente sanos, con una edad inferior a siete u ocho años, y con un peso de unos veinticinco kilos aproximadamente. En cada extracción se tipifica además el grupo sanguíneo del donante ya que existen grupos sanguíneos que son incompatibles entre sí y se puede poner en grave riesgo la vida del perro si no se realizan primero las comprobaciones pertinentes.
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