Un perro y un gato, ¿pueden comer lo mismo?

Cuántas veces nos habremos preguntado si le puedo dar a mi gato la misma comida que a mi perro. Vamos a intentar responder en esta entrada por qué no. Aunque ambos sean nuestras mascotas, son especies distintas y hay importantes diferencias en sus requerimientos nutricionales.

Ambos son mamíferos carnívoros pero, ya desde su evolución, sus hábitos alimenticios son diferentes. Los cánidos son carnívoros, pero en la naturaleza consumían ya una dieta más omnívora y variada. Los félidos, en cambio, han consumido una dieta única y estrictamente carnívora durante todo su desarrollo evolutivo.

Esta “especialización dietética” del gato ha provocado en él unas adaptaciones nutricionales y metabólicas que hacen que sus requerimientos en este sentido sean muy diferentes de los del perro. Entre dichas necesidades están, como ya apuntamos en anteriores entradas, sus elevadas necesidades proteicas, además de su requerimiento en taurina, aminoácido que debe estar presente de manera imprescindible en su dieta para evitar, entre otros, problemas oculares y  cardiacos.

Además los gatos deben consumir la vitamina A ya preformada porque no poseen la capacidad de transformar el beta-caroteno, acción que en otras especies es llevado a cabo por la mucosa del intestino delgado, por lo que deben consumirla ya preformada.

La falta de otro aminoácido, la arginina, provoca síntomas de deficiencia tanto en perros como en gatos, pero es en estos últimos en los que son más graves e intensos. En los gatos provoca una disminución de amonio que se traduce en vómitos y alteraciones neurológicas como incoordinación y espasmos que pueden inducir incluso el coma y la muerte.

Lo mismo ocurre con otras sustancias como el ácido araquidónico, un ácido graso esencial que los gatos no pueden sintetizar, al igual que la vitamina B12 y la B1.

Un gato no puede obtener todos los nutrientes que necesita si no consume una dieta a base de materias primas animales.

Por esta razón, necesitan una dieta específica y adaptada a dichos requerimientos, que son muy diferentes a los de los perros, cuyo metabolismo difiere del felino. Por tanto y volviendo a la pregunta inicial, ¿podemos alimentar a nuestro gato con comida para perros? La respuesta es no, porque le podremos provocar problemas graves a nuestro gato.

 

 

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