Aunque nos pueda parecer extraño al comparar, por ejemplo, un Gran Danés con un Bichón Maltés, los perros de todos los tamaños y razas son más o menos idénticos, en cuanto a lo que a su herencia genética se refiere. Todos ellos son perros, Canis lupus familiaris.
Al determinar los requerimientos nutricionales de cualquier animal el tamaño, las necesidades energéticas y las particularidades en relación a su etapa vital son aspectos que debemos tener muy en cuenta. Ahora bien, un perro sigue siendo un perro, independientemente de su raza.
La elección de un alimento para nuestras mascotas se puede convertir en una tarea abrumadora. El mercado está plagado de marcas, referencias, nuevas presentaciones, etc., incluso se han desarrollado alimentos específicos para la raza del perro o gato, que «dicen» hacer frente a las necesidades de salud de cada una de ellas. Entonces, ¿cuál es la opción correcta?
El primer factor a tener en cuenta es que, a pesar de las diferencias entre ellos, sus semejanzas son más numerosas. Hay más similitudes entre un Rottweiler y un Pomerania que diferencias. Como ya comentamos en otro post, un cachorro de Rottweiler debe comer una dieta formulada para cachorros de razas grandes, para asegurar un crecimiento armónico y reducir el riesgo de aparición de enfermedades osteoarticulares. Sin embargo, uno de Pomerania debe consumir un alimento adecuado a su velocidad de desarrollo, que es diferente, además de adaptar el tamaño de la croqueta.
No hay ninguna investigación que apoye que existen diferencias en los requerimientos nutricionales entre diferentes razas de perros pero sí en lo que hace referencia al tamaño. Así pues, el metabolismo de un perro de raza pequeña es muy diferente al de un perro de raza grande, pero las necesidades nutricionales de un Yorkshire Terrier no son diferentes de las de un Shih-Tzu. A menudo son mayores las diferencias individuales entre perros de la misma raza en función de su estado vital, ambiente en el que viven y actividad, que las que existen entre dos razas distintas en similares condiciones.
Por citar otro ejemplo, existen varias razas denominadas vulgarmente «perros salchicha» cuya especial conformación con patas muy cortas y cuerpo alargado les predispone a padecer patologías articulares en la columna vertebral y lesiones medulares concurrentes. Esta circunstancia no es debida a una razón genética, sino a su peculiar estructura corporal. Por ello un Basset Hound, un Teckel, un Welsh Corgi y un Podenco Maneto necesitarían consumir un pienso moderado en calorías que evite el sobrepeso que inevitablemente es factor de riesgo para que aparezcan los problemas típicos de este tipo de perros. Paradójicamente, estas razas pertenecen a linajes muy diferentes y filogenéticamente tienen poca relación entre ellas.
Por tanto, como hemos podido ver, las diferencias nutricionales entre unos perros y otros no dependen de su proximidad genética, sino de factores como su estructura, actividad, velocidad de crecimiento, ambiente y estado vital.
Además, si la alimentación correcta de un perro estuviese intrínsecamente ligada a su raza, ¿qué deberían comer los mestizos?
Si no es por la raza, ¿cómo debo elegir entonces una dieta adecuada para mi perro?
Al elegir un alimento para mascotas, debemos centrarnos en la selección de una dieta de alta calidad, que cumpla con los requerimientos necesarios según la etapa vital del animal, su tamaño y estilo de vida. Estos factores son los más relevantes a la hora de la elección, no su raza.
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